Una tarea de todos

La protección de la infancia ante los contenidos audiovisuales inadecuados requiere de la colaboración de todas las personas y entidades que participan en el proceso comunicativo:

  • De quienes crean, elaboran y generan contenidos.
  • De quienes ponen a disposición del público esos contenidos, aunque hayan sido creados, elaborados y generados por terceros.
  • De quienes difunden esos contenidos, ya sean televisiones, plataformas de internet y redes sociales, salas de exhibición cinematográfica u otros espacios y canales.
  • De las personas adultas con capacidad de autorizar o no el acceso por parte de los menores a los contenidos audioviauales: madres, padres, familiares u otras personas con menores a su cargo. Pero también profesionales del ámbito educativo, de la gestión del ocio, del cuidado…
  • De los propios niños, niñas y jóvenes, que finalmente deben decidir en muchos casos si exponerse o no a contenidos que pueden perjudicar su desarrollo físico, psíquico o moral, afectando a sus conocimientos, comportamientos emociones y valores.